viernes, 25 de septiembre de 2009

Lo que pasó, pasó: Jacinta Francisco

Por Juan José Arreola

“Que Dios los perdone”, les dice a los ex afis
Siempre dije la verdad pero les creyeron a ellos
Amealco, Qro.- “A los agentes (federales) no puedo decirles nada más que si ellos ya reconocieron o saben sus errores, porque yo los perdono para que Dios me pueda perdonar”, dijo Jacinta Francisco Marcial poco después de haber llegado a su casa, en el barrio cuarto de la comunidad de Santiago Mexquititlán. Dice que en la madrugada de este miércoles platicó con su familia y “como les decía hace rato, yo no tengo ningún rencor a ellos ni nada; yo creo que solamente Dios sabe porqué pasaron las cosas; o por qué pasó esto, pero que Dios los perdone y que me perdone a mi también; que perdone a todos”.



Acompañada de su esposo, Guillermo Francisco Prisciliano, de su suegra, Lorena Nicolasa y de su hija menor -porque los demás tuvieron que salir a vender raspados- Jacinta dijo estar feliz de regresar a su casa, aunque “ya los tres años que pasé en la cárcel ya no se pueden recuperar ni con dinero”.

Y reflexiona sobre la justicia mexicana, cuando se le cuestiona si considera que fue o no injusta su reclusión.

“Pues no (fue justa su detención) pero la ley así es; aunque uno diga la verdad pero te toman como culpable. Ya ve usted, por un ratito que iba pasando (durante el operativo policial) me quedé tres años encerrada. Ellos (los ex afi’s) dijeron muchas cosas que no eran ciertas; les creyeron más a ellos porque eran agentes y nosotras siempre dijimos la verdad…”

A la una de la mañana de este miércoles, Jacinta abandonó el penal de San José el Alto, en la ciudad de Querétaro y se dirigió a su casa, en la región indígena ñhañhü, al sur de la entidad, colindante con el estado de México y a unos cien kilómetros de la capital queretana.

Llegó a las dos y media de la mañana pero no pudo dormir toda la noche pues aún no creía que estuviera en libertad y con su familia

Por eso “trato de olvidar todo pero yo creo que nunca se me va a borrar de la mente, pero lo voy a recordar como un sueño”, musita Jacinta Francisco Marcial.

Durmió unas tres o cuatro horas para luego atender a varios periodistas a quienes les dice que de la emoción de estar libre hasta el hambre se le fue.

En medio del gusto de regresar a casa, Jacinta Francisco recuerda que cada día que pasó en la cárcel, lo que más le dolió fue su familia.

“Me dolió mucho; mucho más mis hijos porque yo nunca los dejaba solos. Y luego, cada visita los miércoles y los domingo venían hasta acá con su bolsita y se formaban una hora… eso me dolía, me dolió mucho mi familia”.

Del futuro, Jacinta Francisco Marcial enfrenta, junto con su familia, una difícil situación económica pues se quedaron sin animales, sin bienes domésticos y sin recursos económicos, por lo que ahora tienen que pensar cómo sobrevivir.

Planea también -con la ayuda de sus abogados- tratar de recuperar el dinero que su familia le pago a un primer defensor, quien nunca le ayudó “y que conocí hasta que me llamaron para decir que era culpable”; hasta entonces supe que Raúl Olvera Ochoa era mi abogado.

Y del castigo a los responsables de que ella hubiera pasado tantos años en la cárcel responde que solamente sus abogados saben de ese procedimiento; “yo no entiendo… ellos saben qué piensan hacer o qué piensa… porque no entiendo qué es eso”.

¿Qué le dice su corazón?

Ya ni… como decía… aunque los castiguen ya no se pueden resolver las cosas. Ya lo que paso, pasó.



TOMADO DE http://www.elregionaljoven.com/2009/lo-que-paso-paso-jacinta-francisco

No hay comentarios:

Publicar un comentario